martes, 2 de diciembre de 2014

Carta al canciller de Panamá

Lima, 04 de enero de 2014

Señor Embajador
ELADIO LOIZAGA
Ministro de Relaciones Exteriores
República del Paraguay
Presente.-

ATT:   Felipe Santiago Jara Agüero
Encargado de Negocio a.i.

De mi consideración:

Me dirijo a usted a fin de saludarlo y expresarle nuestra sorpresa y malestar por la suspensión por parte de su país de las relaciones diplomáticas con la República Árabe Saharaui Democrática (RASD).

El motivo que se aduce sorprende, porque suspenden las relaciones con la RASD “mientras dure el proceso de paz iniciado por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas” y no lo hacen con el Reino de Marruecos, que es la otra parte y que invadió el territorio del Sáhara Occidental. ¿En dónde se encuentra el pretendido beneplácito de Paraguay de saludar el esfuerzo de las partes en conflicto, porque es conocido que Marruecos bloquea las negociaciones en la ONU y se niega a celebrar el referendo de autodeterminación del pueblo saharaui, que su país dice defender?

La lamentable e injusta nueva postura paraguaya no ayuda en nada al proceso de paz, porque le quita el apoyo a la nación invadida, que tiene el Derecho Internacional a su favor y un dictamen de la Corte Internacional de Justicia de La Haya, el 16 de octubre de 1975, que a la letra dice: “la conclusión del Tribunal es que los materiales y la información a él presentada no establecen ningún vínculo de soberanía territorial entre el territorio del Sáhara Occidental y el Reino de Marruecos o la entidad Mauritana pudieran afectar a la aplicación de la resolución de la Asamblea General 1514 (XV) para la descolonización del Sáhara Occidental y, en particular, al principio de  autodeterminación mediante la expresión libre y genuina de la voluntad de los pueblos del Territorio”.

Me indigna que Paraguay, siendo una nación soberana, ceda más bien a las presiones del Reino de Marruecos por promesas que jamás se cumplirán. El tiempo dirá quién tuvo la razón. En el Perú, para su conocimiento pasó lo mismo: no hay ni un dólar de inversión marroquí directa ni indirecta en el país, el intercambio comercial es mínimo y tampoco Marruecos significó “la puerta al mundo árabe”. Y de ello ya pasó 17 años.



La nefasta medida de su país afecta el prestigio internacional del Paraguay, señor canciller, y acrecienta el sufrimiento del pueblo saharaui, que espera desde hace más de 37 años el referendo de autodeterminación. ¿Acaso no se leen todos los días de violaciones de los derechos humanos de los saharauis por parte de las autoridades marroquíes en los territorios invadidos y que son denunciadas por todas las organizaciones de derechos humanos del mundo? Paraguay, para favorecer el proceso de paz ¿ha levantado, acaso, su voz de protesta?

Espero, señor canciller, que estas reflexiones las haga llegar a su Gobierno y se dé cuenta de la injusticia que ha cometido y que aún tiene tiempo de rectificar.


Atentamente,





Ricardo Sánchez Serra

Presidente
Consejo Peruano de Solidaridad
con el Pueblo Saharaui

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